La factura de la comodidad, esa factura que nos pasa la vida. Llámalo tiempo, las circunstancias o simplemente que todo tiene que llegar. Aquí si se aplicaría el dicho de » Recoges lo que siembras».
¿Por qué digo esto? Porque el tiempo todo lo pone en su sitio y, tarde que temprano, nos alcanza. Me explico.
Suele ocurrir en diferentes etapas de nuestras vidas que vamos trabajando y forjando un proyecto de vida, aunque bien es cierto que hay un porcentaje de personas que les cuesta bastante avanzar y cada triunfo está basado en una constancia y una dedicación tremenda ya que nada es regalado.
Luego estamos los de nivel medio, que vamos sorteando los compromisos exigentes para salir con buen tino de la situación, siempre con una labor detrás claramente.
Pero, quiero hablar de las personas más perezosas; las que todo les viene rodado, aquellas que disponen de una vida cómoda y sencilla, no dando valor a la facilidad con que pasan las cosas y eso los hace en cierta manera endebles. Estas son un caso de esfuerzo casi nulo. También estas personas suelen renunciar con poca lucha a solucionar ciertas situaciones a corto plazo, como puede ser buscar un trabajo o bien manifestando abiertamente que no tienen ganas de esto o lo otro, evitando así la responsabilidad que toca. Siempre buscando un parche que nos saque de ello. Siempre lejos del trabajo duro.
Solo cabe el sentido de facilidad.
Ocurre en ocasiones que, pasado algún tiempo, puede ser mucho más adelante o tan solo unos años después, llega la hora de pagar la factura de esas actuaciones. Esta es la hora de los arrepentimientos, de ver la realidad, de cómo obraste y como se refleja en la época actual.
Llega el:
-Si hubiera estado más atento.
-Si me hubiera esforzado más aún.
-Si alguien me hubiera obligado.
Etc., etc., y ¿Qué quiero decir? Que no es algo que ocurra poco, sino que somos bastante débiles en algunos sentidos y luchamos poco, sin saber que seremos responsables de esos actos antes o después. En algún momento de tu vida te tocará.
Te invito a que pienses bien las decisiones que giren en torno a abandonar algo de forma prematura, casi sin luchar. No busques más escusas en el exterior. Sé consecuente con tu forma de vivir y afronta lo que la vida te va poniendo en tu camino. ¡No seas cómodo!. Aprende a vivir en posiciones incómodas que te hagan reaccionar y luchar con todas tus armas y, entonces, todo tendrá otro color.
Llegado a este punto, sé lo que pensará más de uno… pero ya te digo yo que antes o después te tocará; y, entonces, ya me contarás. ¿Serás totalmente sincero contigo?
Piénsalo, lúchalo y siéntete más completo contigo mismo, porque los triunfos saben mejor 😉
Te puede interesar la experiencia secundaria